Yangon, llamada Rangoon por los británicos, ha sido la capital del país durante todo el s. XX hasta el 2005 en que, casi por sorpresa, el régimen trasladó la capital a la ciudad de nueva creación, Naypyidaw, aduciendo motivos poco claros. Pese a todo, Yangon es la ciudad más poblada (6 millones de habitantes) y la más representativa del país. Es una ciudad relativamente organizada, limpia y con el tráfico organizado (si lo comparamos, claro está, con otras ciudades de las mismas magnitudes del sudeste asiático). Son imprescindibles de visitar la Pagoda Shwedagon y Sule (de forma octogonal de la base a la cima) aunque también merecen especial atención la Pagoda Bota Htaung que es la única pagoda en la que se puede entrar hasta el relicario y el templo Chauk Htat Gyi en el que se puede admirar una estatua de Buda reclinado que mide 68 metros de largo y 18 de alto.
Pero lo más atractivo es pasear por sus calles, comer de sus tenderetes ambulantes y disfrutar de su gente ciertamente amable.
La Pagoda Shwedagon es, sin duda, la obra más emblemática de Yangon y de todo Myanmar. Según la leyenda, cuenta con más de 2500 años de antigüedad aunque ha sufrido múltiples restauraciones por sus diversos incendios, destrucciones y saqueos a lo largo de toda la historia. La estupa de la pagoda tiene 98 metros de altura y se asienta sobre varias plataformas. Está recubierta con más de 700 kg. de pan de oro. Es especialmente interesante visitarla al atardecer justo cuando empiezan a encederse las luces y los múltiples peregrinos suben a visitarla presentando en esos momentos una animación excelente.
